Llegó para quedarse como si nada
Porque es la nada misma
Echó raíces vigorosas
Se aferró al sin sentido
Resistió al todo y a todos
A todos los días
A todos los gestos
Las ansias, la exaltación
Por ser la nada fue fuerte
Se apoderó del entusiasmo
Se entretuvo viendo agonizar al todo
Lo vulneró, violó su frescura
Y engendró al hijo espurio de la soledad.
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